Los vikingos visitaron la costa atlántica de Canadá en torno al año 1000, en una pequeña expedición que Leif Eriksson, hijo de Erik el Rojo, realizó desde Groenlandia hasta la costa septentrional de la isla de Terranova, donde más tarde se fundó un efímero asentamiento llamado Leifbundir. En 1963 se hallaron unos restos vikingos tradicionalmente identificados con ese asentamiento en la localidad de L´Anse-aux-Meadows.
Siglos después, en 1497, el navegante italiano Giovanni Caboto (Génova, 1450 - Inglaterra, 1499) exploró al servicio de Inglaterra la costa atlántica, reclamando la isla de Terranova como posesión inglesa. Jacques Cartier exploró en 1534 el golfo de San Lorenzo y reclamó territorios canadienses en nombre de Francia. Los franceses colonizaron la provincia de Nueva Francia en 1663 después de fundar Quebec (1608) y Montreal (1642). La competencia por los territorios, bases navales, el comercio de la piel y la pesca se hacía más y más feroz, originando conflictos entre franceses, holandeses e ingleses y las tribus amerindias como aliadas. Se produjeron cuatro guerras franco-iroquesas entre 1689 y 1763 para obtener la soberanía de Terranova.
En abril de 1713 se firma el Tratado de Utrecht con el cual se establece un acuerdo territorial entre Francia y Gran Bretaña por medio del cual estos últimos conservan el dominio en la bahía de Hudson y Terranova, manteniendo la paz hasta 1744, cuando los británicos invaden Luisburgo, seguida de la Guerra de los Siete Años.
Finalmente los británicos se apoderaron de Nueva Francia en 1763, después de varias incursiones previas frustradas, obligando a marcharse a los militares franceses de Quebec. El Acta Británica Norteamericana (BNA) o Estatuto de la América Británica del Norte (EABN) de 1867 proclamó el Dominio de Canadá, compuesto por Ontario, Quebec y las antiguas colonias de Nueva Escocia y de Nuevo Brunswick; en 1871 se uniría a la confederación el territorio de Columbia Británica, y en 1873 la Isla del Príncipe Eduardo. El BNA estableció un sistema de gobierno federal parlamentario bajo la Corona Británica. Canadá fue proclamado dominio autónomo dentro del imperio británico en diciembre de 1931: el soberano se convirtió en Monarca de Canadá, asesorado en este papel sólo por el parlamento canadiense, con lo que el parlamento británico dejaba de tener autoridad directa sobre Canadá aunque decisiones jurídicas fundamentales seguían tomándose en el Reino Unido. Canadá obtuvo su autonomía constitucional finalmente con la repatriación de la constitución en 1982.
El rojo y el blanco fueron declarados colores nacionales de Canadá por el rey Jorge V. Se le agregó la hoja de arce por deseo de la reina Isabel II en 1950.
La Fiesta Nacional es el 1 de julio.
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